Dieta «keto» y cáncer

En junio, se publicaba una noticia que sugería que este tipo de dieta (restringida en hidratos de carbono y alta en grasas) podría ser beneficiosa para algunos tipos de cáncer, aunque también indicaba que seguir ese patrón alimentario «keto» o cetogénico, tenía un efecto secundario nada deseable.

En pocas palabras, se analizó la progresión de tumores colorrectales y de páncreas en ratones sometidos a esta dieta, descubriendo que dicha pauta de alimentación inducía caquexia en los roedores, una pérdida de tejido muscular y graso que dificulta la funcionalidad del sujeto y que, además, se ha relacionado con menor efectividad de los tratamientos. Los investigadores, estadounidenses, se encontraban, por tanto, trabajando sobre si la administración de corticoesteroides podría prevenir dicha pérdida de tejido.

De dicha noticia, se entiende que la dieta «keto» aún no puede coronarse como terapia nutricional ante el cáncer, de hecho, destaca la afirmación de uno de los investigadores del estudio respecto a que los ratones con cáncer (a diferencia de los sanos) no llegan a adaptarse a este tipo de dieta, pues carecen de la suficiente cantidad de corticoesterona como para regular los efectos metabólicos de esta dieta.

La investigación sobre esta cuestión ha ido creciendo desde 2009, especialmente con publicaciones de revisión sobre cómo la dieta «keto» podría actuar ante el cáncer, o trabajos de revisión y análisis de estudios experimentales. En relación a estos últimos, los que implican la intervención con sujetos, encontramos algunos ejemplos que mantienen la controversia sobre las bondades de este tipo de alimentación.

  Muestra Procedimiento Resultados
Kämmerer el al. (2021) Humanos – cáncer de mama Comparación de 3 dietas: estándar (52-62% hidratos), cetogénica (2-4% hidratos) y baja en hidratos (20-30% hidratos). Buena tolerancia y beneficios observados en calidad de vida y estado físico en todas las dietas, con mayor mejora en las mujeres que siguieron la dieta baja en hidratos
Ma et al. (2021) Ratones y Humanos – cáncer de cabeza o cuello Ratones (efectos): alimentados con producto nutricional cetogénico, con o sin radioterapia.
Humanos (tolerancia): alimentados por sonda con producto nutricional cetogénico, bajo tratamiento de radioterapia o quimioterapia.
Ratones: menor ritmo de crecimiento tumoral y mayor supervivencia.
Humanos: baja tolerancia a la dieta.
Klement y Sweeney (2022) Humanos – cáncer de cabeza o cuello no metastásico Dieta con restricción de hidratos (<50 g/día) + suplementación de aminoácidos esenciales, durante tratamiento (35-46 días de duración). Menores alteraciones negativas en composición corporal. Sin resultados en relación a pronóstico y supervivencia.
Alhili et al. (2023) Ratones – cáncer epitelial de ovario 3 tipos de dieta a comparar: keto estricta; alta en grasa y baja en hidratos; o baja en grasa y alta en hidratos. Implementadas durante 5 semanas junto con quimioterapia. Se observó progresión tumoral y no hubo cambios en la respuesta al tratamiento. Se subraya la dificultad de predecir efectos de las dietas sobre el crecimiento tumoral.
Egashira et al. (2023) Humanos – cáncer avanzado (distintos diagnósticos) Dieta con restricción de hidratos: 10 g/día en primera semana + 20 g/día a partir de la segunda semana hasta los tres meses. A partir del 3er mes, los pacientes que quisieran seguir la dieta tenían un tope de 30g/día de hidratos. Se analizó comparativamente a los pacientes que mantuvieron la dieta cetogénica más o menos de 12 meses, obteniendo mejor pronóstico aquellos pacientes que siguieron con ella más tiempo.
Para facilitar el acceso a la información, sólo se han incluido aquellos estudios con acceso a texto completo.
 

Si nos vamos a los estudios de revisión con mayor evidencia (revisiones sistemáticas con meta-análisis), que tratan de aportar conclusiones sobre el uso de dieta «keto», uno de los últimos publicados (2022) concluye que aunque este tipo de dieta resulta beneficiosa para la composición corporal, son difíciles de seguir, y que no hay resultados lo suficientemente robustos sobre sus beneficios. Resultados similares a los ya obtenidos en 2021.

Dado que ante un diagnóstico de cáncer puede fomentarse que el paciente realice cambios en su estilo de vida, y que dichos cambios suelen aplicarse en la alimentación, cabe conocer y divulgar las luces y las sombras de cada estrategia nutricional; teniendo en cuenta, por otra parte, que hay factores genéticos que no podemos controlar y que requieren que la nutrición del paciente oncológico sea personalizada. Así mismo, las pautas de dieta cetogénica son variadas, con distintos niveles de restricción de hidratos de carbono, lo que potencia la necesidad de que la decisión de adoptar este tipo de dieta y cómo se haga, deba provenir de un especialista.

EN POCAS PALABRAS: La investigación sobre la dieta «keto» en cáncer aún no ha obtenido resultados indiscutibles, de modo que es necesario que su adopción se evalúe y controle por un especialista sanitario en la materia.